El Taller de Empleo de viaje por EL PASADO de PETRER
El pasado mes de septiembre, el Taller de Empleo “Petrer Emplea” realizó una visita cultural por los lugares más emblemáticos de Petrer, su casco antiguo y el castillo. La alumna Noelia Sala, de la Especialidad Actividades de Gestión Administrativa, junto con Jaume Pérez Alcaraz, miembro del Museo Arqueológico y Etnológico Dámaso Navarro, fueron nuestros guías en este interesante viaje por el pasado.
La visita comenzó en la Plaça de Baix, junto a la iglesia de San Bartolomé, que fue construida en 1779 sobre los restos de una iglesia posterior. En esta plaza además se encuentra el Ayuntamiento y el Museo. A pocos metros se haya la Plaça de Dalt, donde hicimos una parada para poder contemplar desde otra perspectiva el Castillo y donde nos ofrecieron una interesante explicación de lo importante que es y ha sido esta plaça. Por ejemplo, ¿sabíais que en uno de los inmuebles de esta plaza se han descubierto 3 pinturas religiosas del siglo XVIII?.
La siguiente parada fue el Castillo de Petrer, donde nuestros expertos nos explicaron con todo detalle la importancia de este monumento, el cual está situado en un cerro denominado el Testigo, desde el que se domina la población y el paso del Valle de Elda. El castillo consta de tres espacios: la explanada, la alcazaba y la torre. En la explanada se han encontrado restos de viviendas, lo cual confirma que estaba habitada.
La visita comenzó en la Plaça de Baix, junto a la iglesia de San Bartolomé, que fue construida en 1779 sobre los restos de una iglesia posterior. En esta plaza además se encuentra el Ayuntamiento y el Museo. A pocos metros se haya la Plaça de Dalt, donde hicimos una parada para poder contemplar desde otra perspectiva el Castillo y donde nos ofrecieron una interesante explicación de lo importante que es y ha sido esta plaça. Por ejemplo, ¿sabíais que en uno de los inmuebles de esta plaza se han descubierto 3 pinturas religiosas del siglo XVIII?.
La siguiente parada fue el Castillo de Petrer, donde nuestros expertos nos explicaron con todo detalle la importancia de este monumento, el cual está situado en un cerro denominado el Testigo, desde el que se domina la población y el paso del Valle de Elda. El castillo consta de tres espacios: la explanada, la alcazaba y la torre. En la explanada se han encontrado restos de viviendas, lo cual confirma que estaba habitada.
La alcazaba o castillo propiamente dicho fue construido entre los siglos XII y XIV, tiene forma poligonal, su construcción está realizada en mampostería y la parte más antigua, la torre, está construida en tapial, material con el cual solían construir los musulmanes. Dominando el interior del castillo se levanta la torre maestra de planta cuadrangular, que está formada por planta baja, dos pisos y terraza almenada. El interior del castillo lo forma el patio de armas, en cuyo subsuelo podemos encontrar un aljibe en la actualidad tapado.
A continuación nos dirigimos a las Casas Cueva. Estas construcciones comenzaron a hacerse populares a principios del siglo XX cuando la Iglesia de San Bartolomé alquiló a las familias más necesitadas unos terrenos que rodeaban el Castillo para que pudieran excavar sus casas. Esto propició que muchas de ellas se metiesen dentro de la muralla formando parte del conjunto.
En la década de los 70, estas casas comenzaron a abandonarse y el Ayuntamiento con muy buen criterio decidió comprar muchas de ellas para restaurarlas y convertirlas en parte del conjunto arquitectónico y cultural de la localidad. En ellas puede verse una recreación de lo que fueron los hogares a mediados del siglo XX, con objetos cotidianos y también relacionados con los oficios y actividades tradicionales del pueblo.
Nuestro viaje finalizó en el Horno Cerámico Romano de la antigua villa romana de Petrer, conocida como Villa Petraria. Jaume nos explicó que el horno romano apareció durante las excavaciones previas a la construcción de un edificio, allá por el año 2007. Éste formaba parte del conjunto de hornos y dependencias de un taller alfarero. Fue seleccionado para su restauración y protegido por su favorable estado de conservación, integrándose en la planta baja de la actual construcción. Tras las obras de consolidación y restauración efectuadas, se ofrecieron a la vista del público las partes esenciales de esta instalación artesanal. Pueden observarse la boca de alimentación del combustible (praefurnium) y la cámara de combustión (hypocaustum) del horno. También se muestra la recreación parcial de la cámara de cocción (laboratorium) y de la parrilla, con los orificios o toberas que comunicaban ambas cámaras y permitían regular la temperatura de cocción de la carga del horno, que estaría formada por tejas y ladrillos. La sala de exposición está acondicionada con un sistema de ventilación para evitar humedades, una rampa para el acceso de personas con movilidad reducida, paneles con imágenes fotográficas explicativas, y una amplia ilustración que recrea el alfar de la villa durante la época de su funcionamiento.
El taller cerámico de la Villa Romana de Petrer nos conduce a través del tiempo hacia el Imperio Romano, concretamente a los siglos II y III después de Cristo. Nos lleva a plena época imperial, en la que los asentamientos rurales romanos se desarrollaron intensamente a lo largo del valle del Vinalopó, explotando su riqueza agrícola. Nos traslada, en definitiva, a una instalación artesanal destinada a la fabricación y cocción de material de construcción (tejas y ladrillos) para abastecer a una hacienda rural romana.
Quisiéramos dar las gracias al Museo Dámaso Navarro por hacernos pasar un día tan interesante y recomendamos a todos aquellos que no han podido visitar todavía la población que lo hagan, ya que merece la pena descubrir los secretos que guarda...
Hasta pronto. Paqui García
A continuación nos dirigimos a las Casas Cueva. Estas construcciones comenzaron a hacerse populares a principios del siglo XX cuando la Iglesia de San Bartolomé alquiló a las familias más necesitadas unos terrenos que rodeaban el Castillo para que pudieran excavar sus casas. Esto propició que muchas de ellas se metiesen dentro de la muralla formando parte del conjunto.
En la década de los 70, estas casas comenzaron a abandonarse y el Ayuntamiento con muy buen criterio decidió comprar muchas de ellas para restaurarlas y convertirlas en parte del conjunto arquitectónico y cultural de la localidad. En ellas puede verse una recreación de lo que fueron los hogares a mediados del siglo XX, con objetos cotidianos y también relacionados con los oficios y actividades tradicionales del pueblo.
Nuestro viaje finalizó en el Horno Cerámico Romano de la antigua villa romana de Petrer, conocida como Villa Petraria. Jaume nos explicó que el horno romano apareció durante las excavaciones previas a la construcción de un edificio, allá por el año 2007. Éste formaba parte del conjunto de hornos y dependencias de un taller alfarero. Fue seleccionado para su restauración y protegido por su favorable estado de conservación, integrándose en la planta baja de la actual construcción. Tras las obras de consolidación y restauración efectuadas, se ofrecieron a la vista del público las partes esenciales de esta instalación artesanal. Pueden observarse la boca de alimentación del combustible (praefurnium) y la cámara de combustión (hypocaustum) del horno. También se muestra la recreación parcial de la cámara de cocción (laboratorium) y de la parrilla, con los orificios o toberas que comunicaban ambas cámaras y permitían regular la temperatura de cocción de la carga del horno, que estaría formada por tejas y ladrillos. La sala de exposición está acondicionada con un sistema de ventilación para evitar humedades, una rampa para el acceso de personas con movilidad reducida, paneles con imágenes fotográficas explicativas, y una amplia ilustración que recrea el alfar de la villa durante la época de su funcionamiento.
El taller cerámico de la Villa Romana de Petrer nos conduce a través del tiempo hacia el Imperio Romano, concretamente a los siglos II y III después de Cristo. Nos lleva a plena época imperial, en la que los asentamientos rurales romanos se desarrollaron intensamente a lo largo del valle del Vinalopó, explotando su riqueza agrícola. Nos traslada, en definitiva, a una instalación artesanal destinada a la fabricación y cocción de material de construcción (tejas y ladrillos) para abastecer a una hacienda rural romana.
Quisiéramos dar las gracias al Museo Dámaso Navarro por hacernos pasar un día tan interesante y recomendamos a todos aquellos que no han podido visitar todavía la población que lo hagan, ya que merece la pena descubrir los secretos que guarda...
Hasta pronto. Paqui García
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar